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Historia de los antiguos cinemas 

1 de agosto del 2016, comenzaba mi cuarto semestre de comunicación social y periodismo en la Universidad de Ibagué. Nuevas materias y profesores estaban por llegar, una de ellas géneros periodísticos y por segunda vez el profesor Orlando barón era mi maestro. Lunes 2 pm de la tarde primer día, primera clase todas las expectativas de un nuevo semestre estaban comenzando.

Desde el primer momento sabíamos que se iba a desarrollar en los tres cortes del semestre. El primer acercamiento a lo que hoy es un trabajo realizado con gran esfuerzo dedicación y horas de búsqueda en periódicos viejos y llenos de acontecimientos que en mi ciudad Ibagué sucedieron alguna vez.

Comenzaron con la interpretación del artículo cines en Colombia negocio de 364 millones anuales que fue publicado en el año 2014, escrito con la intención de dar a conocer detalles acerca de las cifras económicas que anualmente ingresan en los cines de Colombia. Así mismo durante el texto se fue dando información y datos estadísticos del promedio que se gasta un colombiano en cines en un año, para ello se nombraron los monopolios como cine Colombia que tenían poder sobre los cinemas y las grandes tecnologías que se estaban apoderando del mercado.

El artículo fue escrito por que se dio a conocer las nuevas tecnologías que estaban generando más ingresos, ya que realmente las personas necesitan estar informadas y más aquellas que hacen parte del  negocio de los cinemas, con la intención de que sigan invirtiendo en la apertura de nuevos cines en las ciudades.

Después de todo esto sabíamos que no iba a ser facial, pues teníamos que ponernos en el papel de periodistas e investigar, entrevistar y buscar toda la historia de los primeros cinemas en  Ibagué. De inmediato todos comenzamos a tener recuerdos de nuestra infancia. “eran cines muy a la época, la tecnología recién llegaba y las películas para niños eran todo un hit para ese entonces” comentan mis compañeros mientras tratan de recordar cuales fueron esas películas que por primera vez vieron en un cinema.

Pues aquel día tuvimos la oportunidad de viajar al pasado, soñando con volver a ser esos niños ilusionados que visitaban el cinema cada fin de semana con sus papas. Desde ahí supe que la materia iba a ser muy interesante, me gusta la idea de meterme en el papel de periodista y salir de las aulas para poner en práctica todo lo que nos enseñan.

La primera parte de todo esto comenzó cuando nos dirigimos a buscar personas que, probablemente había estado trabajando o viviendo constátateme por los caminos hacia los cinemas del centro de la ciudad.

 

Jaime Valderrama (Condorito)

 

Tuve una primera idea, y era ir al cine que fue más reconocido en ese entonces, Metropol. Al llegar a las carrera segunda con calle 12 lo primero que se nos ocurrió fue, entrar al nuevo edificio que ocupada el lugar del viejo cinema, y preguntar a quienes estaban allí trabajando si tenían algún conocimiento de lo que fue el cine.

Después de varios minutos y preguntarnos quien iba se iba a  acercar a preguntar si había alguien que nos contara algo, me decidí y fui a preguntarle al celador que hoy en día trabaja en el edificio Metropli. El amablemente me contesta que por su parte no hay mucho que contar, pero que de seguro su compañero Diomedes si nos ayudaría. Pero su turno comenzaría dos horas después.

Tras ver que era mucho lo que teníamos que esperar y que la noche ya se aproximaba, decidimos salir a buscar otras personas que tal vez trabajaron a las afueras del cine y aun podrían encontrarse allí. Con suerte conocimos al señor Jaime Valderrama, más conocido con su alias “Condorito”, nos dirigimos a tu caseta repleta de dulces, revistas y periódicos, en búsqueda de anécdotas que nos ayudaran a entender y conocer más acerca de los cines. Y por su edad se dedujo que tal vez si conocía bastante del tema.

Un señor amable de ya de aproximadamente 70 años, nos brindó una buena conversación. “Antes de  que llegara el cinema Metropol al centro de la ciudad, la clientela que tenía no era mucha así que aparte de tener mi negocio de dulces, salía a vender  ejemplares del tiempo al sur de Ibagué, que era donde antiguamente vivía, en mi cicla salía los días domingos y podía venderme hasta 800 periódicos.” Afirma Valderrama.

 Después de varios minutos y ver que la gente ya nos observaba, Jaime sigue con sus historias, y poco a poco nos vamos imaginando en esa misma calle pero 30 años atrás, como todas las personas que se dirigían al cinema se emocionaban por ir junto a su familia, amigos, y parejas a compartir un fin de semana grato.

“Cuando el cinema Metropol comenzó a tomar fama, la cantidad de personas que transitaban por la carrera segunda era mayor, y pues era más las ventas que tenía, y aunque ese era un punto a favor también podía estar pendiente de las películas que incluso los dueños del cinema nos alcanzaron a  regalar a las personas que vendían fueran y a los alrededores del cinema entradas para poder disfrutar de las grande películas como la ley de Vicente Fernández, películas vaqueras, mexicanas y románticas.” Dice condorito mientras recuerda lo maravilloso de la época.

 

Después de escuchar todas las anécdotas que tenía Condorito, la búsqueda siguió. Visitábamos los cinemas que estuvieran más cercanos al cinema Metropol. Uno de ellos el cine real, que implicaba caminar una media cuadra hasta el centro comercial pasaje real, un lugar donde los comerciantes tiene locales de calzado de todo tipo.

Allí  la intensidad de las personas por lograr vender sus productos es un poco irritante, y nuevamente nos dirigimos a personas que conoce muy bien el lugar, el guarda de seguridad. A él le preguntamos si sabía dónde era que se ubica el cinema, la verdad nunca me había imaginado un cine en ese lugar, la primera vez lo escuche mientras estábamos en una clase con el profesor Orlando

Así que al llegar al lugar tenía mucha curiosidad de conocer lo que fue un cinema en un lugar de comercio como ese. Un lugar  abandonado y con mucha basura dentro fue lo que encontramos, me desilusiono un poco porque aun llevaba la esperezan de encontrar un lugar más acorde con lo que alguna vez funciono ahí.

Con ganas de saber más sobre el cinema real, nos atrevimos a buscar a alguien que supiera del tema, nuestras referencias era encontrar a alguien dentro del centro comercial que llevara mucho tiempo allí y que por fortuna hubiera vivido la época del cine. En una esquina del pasillo se encontraba Armila una señora que nos brindó amabilidad, nos atrevimos a preguntarle sobre el cinema y ella por entusiasmada y a la vez un poco afligida nos contestó “el cine de acá era muy bueno, no se pro que lo cerraron, además vendían unas hamburguesas exquisitas, yo creo que por eso el cinema real era conocido”

Y así fue como poco a poco íbamos recogiendo historias y recuerdos de las personas que tuvieron la oportunidad de vivir los cines antiguos en Ibagué.  

 

La búsqueda continúa.

 

Después de todo eso y tras llevar lo recolectado a clase para un  primer avance, lo que seguía era  buscar documentos que confirmaran lo ya escuchado, así que el consejo del profesor era buscar en los periódicos más antiguos que la biblioteca Darío Echandia guardaba.

Nos dimos a la tarea junto a mis compañeras de grupo y nos dirigimos nuevamente al centro de la ciudad. Llegamos allí y la verdad hace mucho no entraba a una biblioteca, pues hoy en día todo el internet! Se me olvidaba un poco de que se trataba un biblioteca y al llegar a la sala donde se encontraban los periódicos, nos llevamos un gran sorpresa.

Eran libros muy grandes y pesados, pero lo peor que eso era que estaba tan viejos que sus hojas con solo tocarlas e intentarlas pasar trataban de rasgarse, así que era un trabajo muy cuidadoso para que se conservaran por varios años más, todos esos trabajos noticiosos de la época.

Horas y horas tras libros grandes lográbamos encontrar una que otra notica que hablara acerca de un cine  de la época. Una que llamo mucho mi atención era “Libertad para el cine rojo en Ibagué” realmente no sabía con qué me iba a encontrar, nunca había escuchado hablar de algo así.

Esto fue una notica que se publicó el 19 de agosto de 1983 en el periódico el derecho, las personas  hacían un comentario acerca de las proyecciones que se daban en los cinemas como Julio cesar. Allí ocurrían cosas fuera de lo común para esa época, puesto que películas como “crucero de amor”  contenían fuertes escenas con contenido obsceno.

Así que personas que debían ocuparse del tema no se lo estaban tomando muy enserio, las autoridades de la junta de censura tenían que hacer algo pronto ya que la preocupación de los ciudadanos era que cinemas como el Metropol, Imperial o Real que prestaban funciones para niños comenzaran a  adoptar  las  mismas costumbres que estos cines que comenzaban a prestar estos servicios.

y mientras más buscábamos y más tiempo pasábamos en la biblioteca más noticias encontrábamos allí, como las carteleras de  los cines donde mostraban la hora, lugar y película que se iba a proyectar, así daban aviso a toda la ciudad para que no se perdieran ningún estreno. 

 Más adelante volvimos a encontrarnos con algo muy similar con la noticia del cinema Julio Cesar, pues esta vez de trataba del cine Nelly donde la inspección del control urbanístico realizo una investigación y encontró exposiciones en público de gráficos totalmente prohibidos con contenido pornográfico, esto a su vez se castigó con una multa de $2.000 pesos, dinero que para la época era bastante.

Ya después de varias horas de búsqueda lo único que faltaba era recolectar toda información y compartirla con la clase, pues esto era un gran trabajo en conjunto que poco a poco se fue convirtiendo lo que hoy se puede apreciar, un  trabajo multimedia tico donde todos los estudiantes participaron con sus mejores habilidades.

Para todos había un rol, pero en esta clase nuestro rol era el de ser periodistas, hacer material netamente profesional para que proyectos como estos nos acercaran cada vez más a lo que muy pronto será la realidad de todos nosotros.

Con ayuda de profesores fue un trabajo bien hecho, nada fácil pero que nos ayudó bastante a entender la esencia de la materia, con esto puedo decir que un reportaje periodístico es de mucha dedicación, esfuerzo y más que todo tener esa vena periodística para poder llevarle a todo el mundo, lo que desde una primera vez se pensó, mostrar la historia de los cinemas  antiguos de Ibagué, a través de varios productos periodísticos.

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